martes, 24 de junio de 2008

Carta Profesora de Castellano

Queridos estudiantes del Liceo Manuel de Salas: (fuente:blog estudiantes)

Acabo de leer el Comunicado de la Asamblea, publicado estas últimas horas en la página web. En primer lugar, me habría gustado saber cuántos compañeros participaron EFECTIVAMENTE en esa Asamblea que mencionan. Le pregunté a MUCHOS alumnos y alumnas del Liceo ayer domingo, y nadie sabía que a las 18:00 hrs., del domingo habría otra consulta. ¿La planificaron entre gallos y medianoche? Sería impresentable.
En segundo lugar, quisiera referirme a la estructura formal del Comunicado. Advierto que, a pesar de estar paralizados por 4 semanas, tuvieron tiempo para mejorar su ortografía, vocabulario, coherencia, cohesión y uso de períodos oracionales en forma notable. ¿Por qué no ejercen esa facultad en las pruebas, ensayos, trabajos de redacción y otros? ¿Es timidez, rebeldía, desidia?
En tercer lugar, les declaro mi mayúscula sorpresa por el contenido del Comunicado. Por un momento, no supe distinguir si estaba frente a un texto real o a un relato de ciencia ficción. También se me hizo presente en ese instante de confusión, la madrugada del 6 de octubre de 1988. Ustedes no habían nacido, pero sus padres les podrán contar cómo la Dictadura pretendió desconocer los resultados de una votación demoledora, retardando la entrega de un espacio que no era físico, en ese caso, y que se había ocupado en forma ilegítima por 17 años. Hago este símil doloroso pero indiscutible. Pareciera, esta Asamblea de Estudiantes, no entender que el peso de los acontecimientos siempre es específico, a pesar de todas las fantasías que despleguemos para que no se advierta.
Quisiera agregar, además, que tengo la impresión de que no logran comprender una de las leyes elementales de la Física: a toda acción, una reacción. Han ocupado el Liceo duranye un mes. Han interrumpido un proceso colectivo (el Liceo tiene 1500 alumnos), han permitido el ingreso de muchas personas ajenas al Establecimiento sin mayor precaución, se permitieron “autorizar” la realización de actividades de beneficio personal, habilitando horarios y recintos. Le negaron la posibilidad de Preuniversitario a los alumnos que no pueden pagar instituciones externas, como sí lo hacen varios de ustedes. Han causado deterioros físicos y divisiones internas en la comunidad, ¿Y SE DAN EL LUJO DE EXIGIR? ¿PEDIR GARANTÍAS? ¿PROTECCIÓN? Queridos estudiantes: creo que se bajaron en la calle equivocada. Ni un solo paso se da sin dejar huellas. Asuman, asuman, asuman. Háganse cargo de sus aciertos y de sus errores. Y, por favor, busquen formas más creativas, inteligentes y JÓVENES para expresarse. Hasta cuándo copian ideas viejas, momificadas, descompuestas, hediondas a historia de los años 60, a ideologías totalitarias que han tenido cero proyección en las sociedades donde se han instalado, y millones de cadáveres, como recuerdo.
Valoro enormemente el hecho de que discutan y repugnen la forma de vivir de este mundo tan moderno, tecnologizado y globalizado, donde el ser humano se transa en la Bolsa. Y también aprecio que nos encaren, a los adultos, el olvido que rápidamente nos hipnotiza, nos desconecta y nos hace despreciar los ideales que alguna vez enarbolamos, cuando éramos jóvenes. Lo que no comparto, en absoluto, y se los hice saber públicamente, es que, en nombre de una movilización social, hayan tratado con tal desdén a gran parte de la comunidad liceana. Ese desprecio por el que no piensa como ustedes, me ha hecho dudar de la legitimidad de este movimiento.
Y ese desprecio se advierte dramáticamente en la sinrazón de negarse a entregar el Establecimiento en cuanto se conocieron los resultados del plebiscito, con la salvaguardia del aseo, la sanitización, etc. Creo que han traspasado todo límite de tolerancia; que la acción emprendida por ustedes se ha contaminado de soberbia y tozudez; que la palabra y la orientación de sus profesores pesa menos que una galleta, y que están pretendiendo institucionalizar la impunidad. No, pues. No es tan fácil pasar así por la vida, felizmente. Háganse responsables del acontecer que han protagonizado, y no cometan el error de aparecer como víctimas. Tampoco se les ocurra usar el expediente de la representatividad. El tipo aquél dijo en el '73 que lo que hacía era "por salvar a Chile", "por sus nietos" y no sé qué otras groserías más.
Entiendo perfectamente lo que pudo haber ocurrido con este grupo de estudiantes que participó en la toma. Imagino que, tantos días y noches compartidos; tantos miedos y osadías comunes; tanto amor y desamor con compañeros que ni conocían, ha logrado crear una tribu grande, “fuerte, principal y poderosa” (eso dijo Ercilla de los mapuches). Imagino que no quieren separarse; que sienten temor de la ruptura, y de que el mundo exterior les rompa ese lazo virtual que tejieron durante casi un mes. Todo eso puedo imaginarlo y respetarlo, como una experiencia de profunda humanidad. Ocurre en los naufragios, en los albergues, en la guerra y en la oscuridad. Extrañamente, no pasa nada de eso cuando todo funciona en “orden y paz”, valga la paradoja. Sin embargo, se impone la realidad que vivimos. Y en esa realidad estamos nosotros, todos aquéllos que no pudimos (o no quisimos) hablar, opinar, gritar, empujar, resistir.
Invítennos a trabajar con ustedes, pero no a la pinta de ustedes. Mencionan la palabra democracia en muchas ocasiones. ¿Saben bien qué es y cómo funciona? ¿Han reparado en el hecho de que es casi el único Liceo donde no hubo desalojo? Yo habría optado por ello, ustedes lo saben. No habría tolerado que mis alumnos hubieran cometido un delito (ocupar arbitrariamente un recinto público), sin haber hecho la denuncia correspondiente, en virtud de un deber constitucional, como ciudadana y autoridad. Para buena suerte de ustedes, sólo soy profesora, pero -como lo he declarado innumerables veces- en mi clase, mando yo.
A pesar de lo anterior, mi intuición me dicta que ustedes sí han sido desalojados, aunque no físicamente. Y ese desalojo es un riesgo que deben considerar. Prueba de ello son los resultados contundentes del plebiscito. Están en minoría. ¿Han podido conversar acerca de esto, con la menor emoción posible? No es fácil, ciertamente. Todavía son muy jóvenes, y la capacidad de razonamiento aún no se enfría lo suficiente, como para destronar al ego. Este desalojo simbólico es bastante duro, porque ustedes argumentan que se han movilizado como representantes de una fuerza social-como son los estudiantes- que no acepta la obscenidad en que vive nuestro país, y que esa lucha es puertas afuera. Y con esa urgencia de la “representatividad”, se olvidaron de lo que había puertas adentro.
Los profesores, desde el escenario ideológico que nos contenga, estamos de acuerdo con la discusión de fondo de estas movilizaciones, aunque no lo piensen así ustedes. La Educación chilena es patética, y la práctica de los acuerdos, especialmente si provienen de una clase política indecente, como la nuestra, sólo protege los intereses del poderoso. Lamento profundamente lo que ha ocurrido con algunos articulados de la LGE, pero no me extraña. Lo que no comparto son las formas de manifestación que han surgido a partir de ello, porque son más viejas que yo. Todo aquello que signifique pasar por encima de los demás, ocupar derechos ajenos, arrogarse representatividad, repetir hasta el cansancio las mismas consignas, cantos, gritos o pancartas, inmovilizar al resto de la comunidad, cerrar puertas, pero abrir ventanas a piedrazos, sacrificar a los que no tienen derecho a voz ni voto, abusar de la confianza, la paciencia, la tolerancia de los que los quieren, reclamar garantías y pedir por encima de lo pedido, es para mí INACEPTABLE.
Por favor, refresquen sus maneras de expresión. Denle colorido, arte, sonidos, ocurrencias más allá de la tradición. Háganse invisibles para que logren verse. Háganse necesarios. Escriban cartas, inviten a personas “influyentes” al Liceo. Propongan a los profesores, a TODOS. Consideren a los padres, a TODOS. Compartan con sus compañeros, con TODOS. Quizás prontamente logren ser una mayoría legítima, apoyada, instalada, ejecutora. Por ahora, acepten esta circunstancia, “sin bajar los brazos” (qué expresión más latera), y retomen el camino. Nada volverá a ser como hasta el 22 de mayo. Eso lo puedo asegurar, desde mi oficina de bruja.

Los quiero mucho.

ORIANA CID CLAVERO,
Profesora de Castellano
Liceo Experimental Manuel de Salas
23 de junio de 2008 14:50

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Así no se educa. No es profesora para este colegio ¡caotica en su discurso! por decir lo menos.

Anónimo dijo...

Profesora Cid, usted dijo:

"...No habría tolerado que mis alumnos hubieran cometido un delito (ocupar arbitrariamente un recinto público), sin haber hecho la denuncia correspondiente, en virtud de un deber constitucional, como ciudadana y autoridad. Para buena suerte de ustedes, sólo soy profesora, pero -como lo he declarado innumerables veces- en mi clase, mando yo."

"Profesora"...es esto una amenaza?, usted piensa que es un sargento o un jefe en el salon de clases?...qué pensarían grandes educadores acerca de sus "principios" educacionales?. A veces comprendo las palabras duras y destempladas de algunos apoderados que se han sentido muy afectados por la toma. Pero muy distinto es cuando esta reacción y veladas amenazas provienen de una educadora del liceo, una profesora de los mismos alumnos de sus clases....lo menos que puedo sentir es tristeza y a la vez bronca al ver el resentimiento y las veces desprecio que mamnifiesta por SUS estudiantes.
Lamentable,..triste y lamentable.

Jorge Pavez I.
Apoderado 4 básico A.

Anónimo dijo...

dijo "soy profesora"?? un titulo habra sacado , pero de maestra nada!! revise la vida de Gabriela Mistral!!!

Javier Bertin M. dijo...

La descalificación es dañina para la Educación y la Convivencia

Conversemos y confrontemos posiciones con argumentos, con respeto y con apertura de mente y de corazón. La verdad no es una sola, está repartida entre nosotros y nosotras. Entre todos y todas podemos ir buscando caminos de entendimiento, y si no los hay, aprendamos a convivir en la diversidad.

Ya hemos dicho que entendemos la molestia de muchos papás y mamás por los problemas causados por la toma y de ahí que surjan expresiones a veces excesivamente fuertes, sin embargo, lo que no podemos entender es que expresiones de descalificación y burla provengan de una educadora de nuestro Liceo. La Profesora de Castellano Oriana Cid, apelando a la democracia, cae en afirmaciones contradictorias a su propio discurso y hace mofa de sus estudiantes: “…quisiera referirme a la estructura formal del Comunicado. Advierto que, a pesar de estar paralizados por 4 semanas, tuvieron tiempo para mejorar su ortografía, vocabulario, coherencia, cohesión y uso de períodos oracionales en forma notable. ¿Por qué no ejercen esa facultad en las pruebas, ensayos, trabajos de redacción y otros?”

Ciertamente como papá y mamá de una alumna del Liceo, no quisiéramos que nuestra hija tuviera una profesora que estimulara de esa manera a sus alumnos.

Comparar la posición de los estudiantes respecto a entregar el liceo unos días después de la votación –que fue abierta y debidamente publicada- con el intento de la dictadura de desconocer el resultado del Plebiscito, está totalmente fuera de lugar y resulta patética –perdón el calificativo, pero las afirmaciones tienen connotaciones que requieren de adjetivos para dejar claro su sentido. No estamos descalificando a la persona.

No sabemos si la profesora Cid concurrió al liceo a conversar con los estudiantes o no. Por el tenor de su carta pareciera que no. Nosotros fuimos el Domingo a ayudarlos con la limpieza y conversamos con varios de ellos. Encontramos de todo: chicos que habrían querido seguir con la toma, otros que votaron por suspenderla, otros que querían continuar por otros caminos, en fin, encontramos diversidad, como en toda comunidad, pero allí estaban. Aquí no hay derrota, hay ejercicio de la democracia. Democráticamente y por amplísima mayoría, los estudiantes del LMS votaron por la toma en su oportunidad y democráticamente también, decidieron suspenderla. Aquí no hay “lujo” de exigir nada. En toda movilización ordenada hay un proceso de avenimiento entre las partes para poner fin al conflicto, y los estudiantes ejercieron ese derecho. No hay desdén a la comunidad liceana ni desprecio por el que piensa distinto. Por el contrario, los estudiantes abrieron el liceo a los papás, profesores y dirección para debatir, invitaron a expertos, etc.

Si el movimiento tuvo fallas –como ciertamente las tuvo- más que reclamar por ellas, es mejor ver entre todos como mejoramos la protesta y demanda ciudadana por una mejor educación para Chile. Las tomas y paros no son cosa añeja, son formas como los estamentos de la sociedad civil hacen presión sobre las autoridades. Veamos las tomas y paros en tantos países del mundo que continúan y continuarán.

La profesora Cid habla de desalojo en sentido físico y simbólico. Se lamenta de ser sólo profesora –y no carabinero al parecer- refiriéndose al desalojo físico. Acción definitivamente inaceptable. Un ejemplo emblemático: el Rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano indicó que él renunciaba si le exigían el desalojo de la Sede Central, tomada por los estudiantes. El conflicto se superó con el diálogo, no con carabineros. Respecto al desalojo en sentido simbólico, encontrarán más detalles en el último libro de Andrés Allamand (El Desalojo, Ed. Aguilar 2007).

Finalmente, la profesora Cid señala textualmente “en mi clase mando yo”. Educadores y estudiosos de la Educación de fama mundial y nacional como Neill, Montessori, Jackson, Viola Soto y Arístegui, por mencionar sólo algunos, reaccionarían espantados ante semejante declaración –los que están muertos seguramente se habrán dado vuelta en su tumba- Todos ellos rescatan el rol del Educador como facilitador de un proceso, y no como un jefe. Entre los Principios Educacionales del Liceo se indica: “Nuestro Liceo comparte el consenso internacional en torno a los principios constitutivos de la educación en el siglo XXI: “aprender a conocer” , “aprender a hacer”, “aprender a ser” y “aprender a vivir juntos” (Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, “La Educación encierra un tesoro”, París 1995)”. En dicho documento no se encuentra ningún fundamento para que un profesor sostenga que en su clase manda él, por el contrario, privilegia los métodos participativos, consensuados e integradores.

Hace más de trescientos años, Comenio, el padre de la didáctica, señalaba: “si tratan a sus discípulos con amor, fácilmente robarán su corazón de tal modo que prefieran estar en la escuela mejor que en su casa”. (Comenio, 1657). A pesar de su despedida “los quiero mucho”, no vemos en las palabras de la profesora Cid nada de amor por sus alumnos, sino agresión, violencia, resentimiento, arrogancia y autoritarismo. No son éstas descalificaciones personales, sino calificativos a los dichos de la profesora. Apreciamos en toda la carta un discurso doble vincular: se les maltrata con comparaciones inadecuadas, se les descalifica (“Todavía son muy jóvenes, y la capacidad de razonamiento aún no se enfría lo suficiente, como para destronar al ego”), se hace burla de ellos y a la vez se les dice que se les quiere mucho. Se les dice estar de acuerdo con los objetivos de su lucha y a la vez se descalifica absolutamente todo su accionar.
Avancemos en el diálogo.
Fraternalmente,
Javier y Cecilia
Apoderados 3 Básico B

Anónimo dijo...

Me parecer incorrecto discutir a nivel de descalificaciones en un sitio publico el que incluso pueden leer propios sus hijos ¿que diria un alumno de un padre que insulta a su profesora o viceversa? Por favor paren y reflexionen. Como dije antes, los valores son basicos para aspirar a una "educacion de calidad".